El cambio climático es uno de los desafíos más urgentes que enfrenta la humanidad en el siglo XXI. Eventos devastadores como incendios forestales masivos, tormentas, inundaciones y sequías prolongadas amenazan a comunidades y a menudo generan pérdidas económicas graves, que reclaman soluciones integrales, así como un trabajo colaborativo de gobiernos, sociedad civil y sector privado.
La buena noticia es que la acción está en marcha. Una muestra de ello es la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP23, celebrada en Bonn, Alemania desde esta semana y hasta el 17 de noviembre.
Durante la Conferencia se definirán y concretarán los mecanismos de operación por parte de gobierno y actores no gubernamentales para impulsar la implementación del Acuerdo de París y lograr sus objetivos
Sentido de urgencia
Dos años después de la histórica adopción del Acuerdo de París, la COP23 será el espacio donde 197 partes y más de 25,000 asistentes, incluyendo 20 jefes de Estado, sentarán las bases de la implementación del Acuerdo, que busca enfrentar el calentamiento global y poner al mundo en un camino de desarrollo con mayores condiciones de seguridad y prosperidad.
Por primera vez en la historia de la COP, Fiji, una pequeña nación insular y país altamente vulnerable frente a los efectos del cambio climático, presidirá la Conferencia a través de su primer ministro, Frank Bainimarama. Durante el evento inaugural llevado a cabo el pasado lunes, Bainimarama habló sobre la necesidad de acción urgente como respuesta al riesgo que enfrentan algunas regiones de baja altitud debido al aumento en el nivel del mar.
En un contexto de eventos climáticos extremos que han devastado la vida de millones de personas en regiones como Asia, América y el Caribe, la COP23 en Bonn responderá con nuevos avances e iniciativas para mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2 grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales y lo más cerca posible a los 1.5 grados.
Además, se espera la presentación de varias iniciativas con un gran potencial transformador como el uso de soluciones basadas en la naturaleza para hacer frente al cambio climático, así como una plataforma para apoyar la participación de las comunidades locales y los pueblos indígenas, además de un proyecto que proporcionaría seguros asequibles a 400 millones de personas en situación de pobreza y vulnerabilidad.